En 2017, un equipo de mentes afines fundó en Chipre el estudio Mundfish, con el objetivo de que el juego de sus sueños se hiciese realidad. En aquel momento solo éramos 4, con quienes nació la historia de Atomic Heart. Artem Galeev, Robert Bagratuni, Evgenia Sedova y Oleg Gorodishenin se marcaron un objetivo: sacar a la venta un juego que se pusiera a la par de juegos como Bioshock, Fallout y DOOM. Juegos que todos hemos jugado y amado.
Desde entonces, hemos estado trabajando muy duro cada día, siempre hacia delante y con el objetivo claro. Con el paso de los años, se nos ha unido mucho personal con talento de todo el mundo, todos ellos con el ADN de Mundfish, por lo que han acabado convirtiéndose en elementos fundamentales de la empresa.
Gracias a un equipo internacional experimentado de desarrolladores, para los que la calidad es una prioridad absoluta, hemos podido empezar a movernos con aún mayor rapidez.
Atomic Heart es un proyecto ambicioso. Para mostrar el universo tan insólito que tiene el juego con tal lujo de detalles, contar la historia del Agente P-3 y crear un juego con una trama sólida y emocionante, es necesario ser capaz de controlar cada aspecto del juego hasta el detalle más ínfimo. Siempre es un reto.
No copiamos a los demás. En su lugar, hemos creado un mundo nuevo. El origen de las ideas es la base de nuestra filosofía. Este es nuestro ADN: crear contenido original para que se convierta en un referente en sí mismo.
Para nosotros es importante tener control absoluto del juego en su fase de creación en vez de entregárselo a grandes corporaciones, cuyos objetivos podrían variar de los nuestros. Por ende, solo trabajamos con compañías que comparten nuestro meticuloso criterio de desarrollo.
Nuestros inversores son Gaijin Entertainment, Gem Capital y Tencent.
Nuestro socio de hardware es Nvidia.
Si compartes la filosofía de Mundfish, echa un vistazo a nuestra sección de Trabajo. ¿Quién sabe? ¡A lo mejor te encuentras con algo que te interese ahí dentro!