El robot estibador terrestre para carga pesada NA-T256 transporta hasta dos toneladas y media y se emplea en tareas de reparación complejas. Natasha está presente en muchísimas obras en toda la URSS. Sin Natasha, la construcción de las plantas de energía hidroeléctrica de Dnepróvskaya, Kuibushévskaya y Stalingrádskaya habría sido imposible, por no hablar de la finalización del cosmódromo Baikanur antes de lo previsto.
Algunos de los modelos de Natasha están equipados con motores de propulsión, desarrollados con el asesoramiento del camarada Karalyov, que permiten a esta unidad pesada elevarse hasta alturas considerables, siempre que se tomen las debidas precauciones de seguridad. No puede haber nadie sin equipo de protección cerca de Natasha durante el despegue.

El diseño de Natasha sigue el de los primeros sistemas de tanques robóticos con elementos caminantes. El cuerpo se fabricó de modo que pueda soportar una presión intensa y sea capaz de levantar cargas pesadas y de gran tamaño, así como para distribuir impulsos por todo el cuerpo cuando se trata de una carga más concentrada (por ejemplo, cuando se cae una placa o se produce un despegue errático).